La competencia le hackea la cafetera de cápsulas a Keurig

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Cuando Keurig presentó su nuevo modelo de cafetera de cápsulas en el mes de agosto lo hizo con un mensaje bastante tajante y algo arrogante: solo podrás utilizar nuestras cápsulas. Para algunos no solo era toda una declaración de intenciones, también era un desafío para todos aquellos que querían utilizar otras dosis sin tener que pasar por su tienda.

Dos meses ha necesitado una compañía canadiense para acabar con la exclusividad de esta cafetera monodosis. John Piggot, CEO de Club Coffee, no solo ha demandado a Keurig por prácticas anticompetitivas sino que ha desvelado que han logrado saltarse la protección de estas cafeteras para usar otras cápsulas.

Por unas cafeteras libres de DRM

Keurig no ocultó sus intenciones en la presentación de su nueva cafetera en verano: vamos a utilizar tecnología DRM para evitar que la gente use otras cápsulas. El sistema funciona gracias a un diodo de luz que es capaz de reconocer la luz ultravioleta impresa en las tapas de las K-Cups (así se llaman las cápsulas de esta compañía) y reconocer así que son originales.

Piggot cogió a un pequeño equipo de ingenieros y se hizo con una Keurig 2.0 antes de que se pusiera a la venta. Al descubrir cómo funcionaba, se puso en contacto con el fabricante de polímeros que produce los billetes de el banco nacional de Canadá y descubrir así la fórmula que daba luz verde a la cafetera para usar estas cápsulas. Misión cumplida.

¿A qué se debe este roce entre Keurig y Club Coffee? El dinero, claro. Para el fabricante de las cafeteras, la venta de las K-Cups le reportó en 2013 3.100 millones de dólares de beneficios netos. Una cantidad considerable si tenemos en cuenta que ese año tuvieron unas ganancia de 4.350 millones.

Club Coffee, en el otro lado, es la principal cafetera y distribuidora de Canadá. Cuando hace un par de años entraron en el negocio de las cápsulas sus beneficios se doblaron. Pigott no especifica la cantidad exacta pero dicen que llevan vendidas varias millones de unidades en un mercado, Canadá, donde cuatro de cada diez personas tienen una cafetera monodosis en casa.

Ahora bien, ¿tomará acciones legales Keurig? En Club Coffee están tranquilos y afirman que las frecuencias de luz no están patentadas por lo que, según ellos, todo lo que han hecho es legal. Eso sí, los fabricantes de la cafetera tienen unos cuantos enemigos en los tribunales, quienes les reclaman liberar sus productos para usar otro tipo de cápsulas.

Un caso parecido al que tuvo Nespresso en París el pasado mes de abril donde la filial de la marca francesa perdió el juicio por esta práctica anti competitiva. En Alemania también perdieron en su día. Veremos en qué queda lo de Keurig pero, investigando por la red, resulta curioso ver la cantidad de soluciones y tutoriales que hay para saltarse los DRM que establecen los fabricantes en sus máquinas.

Fuente: CBC


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